En el mundo del fútbol argentino, pocas historias son tan emblemáticas como la de Felipe Peña Biafore, un joven mediocampista que encarna perfectamente el ADN de River Plate. Nacido el 5 de abril de 2001 en Pehuajó, Buenos Aires, Felipe representa la esencia de lo que significa ser “criado en el río”: tranquilo en su temperamento, sereno en sus decisiones y forjado en las entrañas de la cantera más prolífica del fútbol argentino.
Los primeros pasos hacia Núñez
La historia de Felipe comenzó lejos de las luces de Buenos Aires, en la ciudad bonaerense de Pehuajó. Llegó a las categorías inferiores de River Plate en 2012, proveniente de Estudiantes Unidos de Pehuajó, cuando apenas tenía 11 años. Este cambio de vida representó mucho más que una simple mudanza: significó el comienzo de una transformación integral que lo moldearía como futbolista y como persona.
Llegó a la institución en 2012 tras superar una prueba que duró una semana. Aunque en su pueblo jugaba como enganche, rápidamente lo pasaron a la zaga central, demostrando desde temprana edad esa versatilidad que lo caracterizaría a lo largo de su carrera. Esta adaptabilidad posicional sería una constante en su desarrollo futbolístico.
Más que fútbol: la educación como pilar
Una de las facetas más destacables de la historia de Peña Biafore es su compromiso con la educación. Como muchos de los pibes que están haciendo las Inferiores estudian en el Instituto River, Felipe aprovechó al máximo esta oportunidad. Se recibió en 2018 en el instituto de River y fue abanderado, convirtiéndose en el alumno más destacado de su clase.
Su visión académica refleja la mentalidad integral que River fomenta en sus juveniles: “Me gusta todo lo relacionado con los números, economía, contabilidad, un poco de abogacía por mi viejo, y también más cerca del deporte kinesiología y periodismo deportivo”. Esta búsqueda del equilibrio entre fútbol y educación demuestra la madurez de un joven que entiende la importancia de formarse más allá del deporte.
La transformación posicional
El desarrollo futbolístico de Felipe es un ejemplo perfecto de adaptación y crecimiento. Llegó a River para jugar como volante ofensivo, pero Pablo Lavallén (entonces DT de su categoría) le pidió que juegue como marcador central. Aunque en un comienzo no le gustaba la posición, luego se fue adaptando y le terminó gustando, años más tarde se afianzó como volante central.
Esta evolución posicional no fue casual. Gracias a su buena técnica avanzó unos metros para adueñarse de la mitad de la cancha, lugar en el campo donde los que habitualmente ven las inferiores millonarias se animan a compararlo con la actual versión de Enzo Pérez. La comparación con una leyenda como Enzo Pérez habla de sus cualidades técnicas y su visión de juego.
El debut soñado en medio de la adversidad
El debut de Felipe en Primera División llegó de manera inesperada pero memorable. Hizo su debut profesional con River Plate en una victoria 2-1 por Copa Libertadores ante Independiente Santa Fe el 19 de mayo de 2021. Sin embargo, las circunstancias fueron extraordinarias: el juego fue notable ya que River Plate fue afectado por un brote de COVID-19, resultando en que no tuvieran jugadores suplentes, y su jugador de campo Enzo Pérez tuvo que jugar como portero.
Este debut simboliza perfectamente el carácter de Felipe: tranquilo ante la presión, sereno en la adversidad y listo para responder cuando el club lo necesitaba. Es volante de contención, pero no se remite únicamente a la marca: también tiene panorama, hace jugar, es talentoso, tiene técnica y un remate formidable.
Superando las adversidades
La carrera de Peña Biafore no ha estado exenta de obstáculos. Se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha el pasado 7 de noviembre en el inicio del partido con Patronato en 2021, una lesión que lo mantuvo alejado de las canchas durante varios meses. Su actitud ante la lesión refleja su fortaleza mental: “Soy un privilegiado y agradezco el lugar donde estoy. No me puedo quejar de nada en ese sentido. Creo que en la vida hay cosas peores. Todos los deportistas estamos expuestos a las lesiones”.
Una nueva etapa en Lanús
Después de varios años en River, la carrera de Felipe tomó un nuevo rumbo. En agosto de 2024, Lanús se hizo con un 50% de su ficha (dejándole el otro 50% a River) y firmó contrato hasta diciembre de 2028. Su llegada a Lanús representa una nueva oportunidad para demostrar todo lo aprendido en River y consolidarse como una pieza fundamental en el fútbol argentino.
Actualmente juega para el Club Atlético Lanús y continúa desarrollando su carrera con la misma tranquilidad y serenidad que lo caracterizaron desde sus días de juvenil en River. Su historia es un testimonio viviente de que, más allá de los vaivenes del fútbol profesional, los valores inculcados en la cantera millonaria perduran para toda la vida.
Felipe Peña Biafore encarna a la perfección lo que significa ser “criado en el río”: un futbolista completo, formado integralmente, que entiende que el fútbol es solo una parte de la vida y que los valores de respeto, esfuerzo y humildad son tan importantes como la técnica y la táctica. Su historia continúa escribiéndose, pero ya ha demostrado que lleva grabado en su ADN el sello indeleble de River Plate.